Resumen de un ensayo completo sobre el comportamiento de actores y sectores políticos y sociales.
Por Sergio Eschler
Lic. Historia
La primera guerra mundial es un prisma fundamental, del primer cuarto del siglo XX, para observar y analizar el comportamiento de algunos sectores y actores sociales y políticas. Para los católicos franceses la conflagración significó un momento ideal, no solo para repudiar el conflicto, sino también para perfilar algunos lineamientos de su doctrina. También el arzobispado de París evidencio una disputa por la conducción del catolicismo universal, exhortando a los católicos neutrales a repudiar el modelo religioso alemán, por considerarlo anticristiano. Los fundamentos doctrinarios, expresados en las leyes cristianas de la guerra, son en realidad un modelo de construcción histórico, que van desde el Evangelio hasta Jesucristo, pasando por grandes líderes políticos y espirituales de la antigüedad y del Medievo. Esta recopilación de principios es la justificación, que la espiritualidad francesa, le encuentra a la participación de su nación en un conflicto militar de gran escala. La estrategia discursiva no termina ahí, sino también al denunciar las atrocidades de Alemania y la violación a las leyes morales, le propicia una crítica al estado laico francés, queriendo recuperar los pasos perdidos luego de la Revolución Francesa.
La comparación del análisis de Lenin y Trotsky, tienen varias aristas para tener en cuenta. Por un lado Lenin expone un análisis, que teniendo en cuenta algunos acuerdos internacionales, la centralidad de su trabajo es exponer el rol de los socialistas para derribar al zarismo; mientras que Trotsky elabora un análisis geopolítico de la situación del proletariado, aunque sus cañones están bajo la mira de la socialdemocracia alamana, elabora un amplio recorrido por las diferentes georegiones y también por los diferentes esquemas de poder: absolutismos o democracias. Por otro lado, Lenin esboza un claro debate con otros pensadores intelectuales, mientras que Trotsky, si bien entra en debate y refuta a otros pensadores, es un análisis más certero sobre las posibilidades de la II Internacional de permanecer o colapsar en los diferentes estados. Por último marcar que ambos pensadores, habían diagnosticado una profunda crisis de la II Internacional, pero Lenin se limita mas a su país, mientras que Trotsky lo que intenta hacer es tener una mirada mas amplia, y marca la importancia de internacionalizar la lucha proletaria.
Ambos autores, aunque de manera muy diferente, expresan que esta guerra es del capital financiero, pero en el caso Trotsky, creo que contempla, al menos desde la teoría, la cuestión nacional de cada movimiento proletario al explicar al situación en los Balcanes, en Austria, Hungría, Serbia y demás naciones, proponiendo actividades organizadas para unir a los trabajadores bajo la orbita de la II Internacional. Desde el punto de vista historiográfico estos trabajos denuncian la situación de los trabajadores del mundo, algunas cuestiones específicas de cada nación, el desigual desarrollo del capitalismo, con base al estado nacional, y ambos estudios demuestran preocupación por las políticas de la II Internacional, y por refrescar cual es el rol de los socialistas del mundo ante la conflagración mundial de 1914.
Tantos católicos franceses como los revolucionarios rusas utilizan estrategias discursivas nacionalistas, donde ambos intentan desde su territorio perfilarse como la conducción universal de su movimiento, los primeros poniendo en consideración los principios morales históricos de la Iglesia y produciendo críticas a todo laicismo que intente poner en cuestionamiento su predominio, mientras que los rusos, con marcadas diferencias como vimos, intentan poner al comunismo ruso como vanguardia de las internacionales de ese partido, queriendo exportar su modelos a otras regiones.
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