Lxs pibes no pedían nada raro ni del otro mundo, solo un espacio para poder practicar un deporte como lo hacen los que sí pueden jugar al tenis en los clubes mendocinos que tanto orgullo prodigan a la provincia. El tema es que los que practican el deporte del skater no consumen, a lo sumo se tienen que comprar una patineta y nada más. Una tabla para deslizarse por una ciudad amurrallada como la Atenas de Pericles en plena peste tifoidea, donde los soldados mueren y la ciudad termina cayendo en mano de los espartanos. Pestes de ciudades y conglomerados donde la gente busca su sentido de “ser alguien” en la muchedumbre escondida en sus casas y departamentos. A lo sumo anonimato. Una forma de murmullo y combate que adoptan las nuevas formas de protestas de nuevas minorías que deben ser escuchadas, bajo un gobierno que asumió en la provincia con la consigna del dialogo. En fin, la consigna a veces sirve para vestir al rey, pero hoy el rey está desnudo porque su vestimenta de consigna se trasluce y bajo la misma se devela la parodia. El dialogo es en todo caso con quienes al rey le interesa dialogar. Y la servidumbre hace lo que el rey manda o deja de hacer. No se revela la servidumbre, se mimetiza con el rey como en la película de Tarantino “Django” donde el esclavo no quiere dejar de ser esclavo y en lugar de prevenir, pega, pero pega de verdad trompadas y patadas a chicos y chicas. Como un grupo de choque oficial. Mientras, los partidos políticos y sus dirigentes en sus agendas. Cuando tenés la agenda apretada a veces se te escapa la tortuga en patineta. Eso es lo que ocurrió en otras situaciones. La última e inesperada fue el levantamiento popular de diciembre contra la modificación de la ley 7722. Esa tortuga en su lento andar se transformó en un movimiento basado en el anonimato, reitero, el tema del anonimato como forma de combate y murmullo supera las agendas de los medios y de los partidos políticos, no siempre, pero ya tenemos antecedentes. Reitero el pensamiento que ronda: una democracia elástica que se estira hasta soportar el fascismo, lo ecobrutal. Donde una colilla mal apagada puede despertar un incendio.