Conocí tarde la poesía de Julio Coronado. En ese momento recuerdo que me llega un archivo de Word con sus Poemas Totales, donde se ostenta la faceta que tal vez a Julio le queda más cómoda y a nosotros nos gusta disfrutar, esa de poeta irreverente y eternamente joven. De eso en este libro por suerte hay, pero también otra cosa que resulta más potente y laudable, ese intersticio humano que queda entre el poeta cínico que abjura del mundo y la esperanza que descansa en el sueño de los hijos, tiene su lugar en esta espera que nos da en forma de libro. Un lecto atento no podrá evitar recordar al leerlo ese humor tan peculiar de las Greguerías de Gomez de la Serna, las tonalidades menores de Machado, y la nostalgia de Manrique.
Estos poemas barajan momentos virulentos y de sensibilidad doméstica, en el medio de eso hay historia, amistad, juventudes idas, toxicología, el matrimonio y política, siempre política. Sin embargo su estructura métrica, hace de este ramillete de refranes, aforismos y sentencias aparentemente inconexas, un mismo grandioso poema de matices a veces elegíacos, a veces épicos, como una ruta borracha, que nos lleva desde el corazón de la noche, hasta los primeros destellos de la mañana. La espera no es un libro que quiera quedarse descansando en la biblioteca, esta hecho para salir con uno a la batalla de los días y hojear sin orden en la intermitencia del ocio. Siempre se hallará aquí algo nuevo y conocido.
Jose Bianchi. noviembre de 2020
Al revés
Vivimos en sueños
para despertar un día
con el beso en la frente
de la despedida
Un amor de verano
Besos, puchos, agua
y tus manos
Viva la verdad y la belleza
A Fernando Noy
Un solo libro leemos.
Unos solo escribimos.
Somos poetas de la guerra,
soldados de la belleza.
Para conseguir el libro:
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