“LA DEMOCRACIA SE DEBILITA SIN BIBLIOTECAS”

 

Emergencia Cultural:

“La democracia se debilita sin bibliotecas”

 

“Se trata de pensar el derecho al acceso de la información desde una mirada federal e inclusiva.”

 

«Las bibliotecas, destinadas a la educación universal, son más poderosas que nuestros ejércitos para sostener la independencia

José de San Martín

Por Sergio Eschler

En el marco ausencias de políticas públicas en el ámbito cultural de la provincia, denunciado por nuestros artistas locales, presentamos la actualidad del mundo de las bibliotecas de Mendoza. Un mundo articulador del conocimiento y el desarrollo, un poco olvidado en términos de perspectivas sustentables en el entramado de las ciencias de la documentación, conservación y divulgación del acervo cultural de la mendocinidad.

Para poner en valor los ejes de la presentación, entrevistamos a Sergio Terrera* la usanza de los tiempos de distanciamiento social y emergencia sanitaria. 

Sergio Terrera

Desde la década de los noventa estoy vinculado con el mundo de las bibliotecas, inicialmente con las bibliotecas populares para luego pasar al espacio de las bibliotecas especializadas, en donde me desempeño actualmente.

Cursé hasta el 5to año de la licenciatura en administración, y desde ahí empecé mi camino en el mundo de la gestión cultural. Por distintos motivos, a través de los años he mantenido el interés por los números, por lo que he realizado consultas sin éxito hasta el momento, para dar con datos que permitan compararlos y establecer estadísticas bibliotecarias para Mendoza. Sólo algunas publicaciones dan indicios aislados de la evolución.

Por otro lado, observo que desde el regreso a la democracia muy pocas veces se ha escuchado el término “biblioteca” en los ámbitos legislativos locales, al igual que en los discursos y líneas de acción de los ejecutivos provincial y municipales.

Este cuadro de situación a mi entender merece, que los bibliotecarios nos involucremos activamente en la elaboración e implementación de políticas públicas y fue la fuente de inspiración para la elección de una las líneas de investigación en las que trabajé: “Bibliotecas y acciones de gobierno en Mendoza”.

Hubo en la provincia, aparte del Sanmartiniano: ¿Un proyecto bibliotecario?

Después de San Martín, hay pocos, muy pocos nombres para destacar con una mirada de proyecto bibliotecario. No obstante, habría que analizar por partes este tema.

Por un lado, el colectivo bibliotecario, de archivistas y museólogos ha intentado agruparse en distintas ocasiones, sin embargo, no se ha logrado y esto juega en contra para posicionar nuestra profesión. Continuando en el campo de las organizaciones de la sociedad civil con representatividad provincial, hay que destacar que se ha mantenido con irregular estabilidad la Federación Mendocina de Bibliotecas Populares.

Pasando a las iniciativas de la legislatura provincial, hace muchos años se presentó un proyecto, sin eco favorable, que tenía como objetivo la creación de un sistema provincial de bibliotecas. Hasta el momento sólo se ha logrado el voto para que las bibliotecas populares cuenten en la actualidad con algunos recursos y una comisión provincial.

Si bien algunos ejecutivos municipales han prestado especial atención a la importancia de contar con una red de bibliotecas, a nivel provincial hemos llegado al presente sin una oficina que gestione y coordine acciones, no sólo para las populares, sino también pensando que se podría llegar mejor a toda la sociedad sumando por lo menos a las públicas y las escolares.

Bibliotecas Populares

Quizás habría que hacer un repaso profundo de las plataformas, donde los distintos candidatos presentaron sus propuestas para el sector cultural, para encontrar si alguno propuso un programa o proyecto bibliotecario, y así encontrar alguna buena intención. Porque quizás lo que yo pueda decir tiene mucho de nostalgia de lo vivido en los años ochenta y noventa, viendo fotos y recordando actividades desarrolladas hasta en pequeñas localidades, recorriendo la provincia en algunas ocasiones con Franklin Vélez, el único mendocino que llegó a ser vocal de la CONABIP, soñando un proyecto provincial bibliotecario, que quizás desde los primeros años de este siglo se empezó a apagar.

No pierdo las esperanzas, a las reuniones que se convocan para constituir un grupo de bibliotecarios o archivistas, trato de ir, de participar y debatir en las propuestas que van lanzando.  Por eso estoy aquí, porque una nota puede generar un espacio de encuentro para todos los que nos interesan estos temas, un espacio para dialogar, para reflexionar y crecer juntos.

Quizás alguno de los que lean esta nota recuerden algún proyecto provincial bibliotecario que me haga no ver tan gris el panorama.

¿Se promueve articulaciones entre los archivos, museos y bibliotecas? 

En un determinado momento, cuando la administración cultural se desarrolló a través de representantes elegidos por los distintos sectores, los bibliotecarios, museólogos, archivistas, patrimonialistas, entre otros, quedamos mezclados y “amontonados” dentro de la definición de lo “no artístico”. Si bien digo amontonados porque no existió una intención de articulación, es la única oportunidad que recuerdo, en la que estuvimos convocados a una misma mesa de decisiones.

Hubieron organigramas que presentaron un esquema concreto de las áreas a cargo y algún indicio (muchas veces poco claro) de qué funcionario estaba a cargo de este gran sector.

Hubo funcionarios con mayor predisposición para proyectar acciones que impactarían a largo plazo. Sin embargo, cada vez más predominan los “fuegos de artificio”, estruendos con hermosas luces de colores que se desvanecen en pocos segundos. En ese esquema, pareciera que las bibliotecas, los museos y los archivos, no tienen nada para aportar, quedan relegadas al momento de decidir el presupuesto y lo que es peor, sin disponibilidad de tiempo de las mujeres y hombres que ocupan distintos cargos en los organigramas de cultura, para escuchar, pensar, planificar y articular acciones.

Con respecto a la capacitación de los operadores de las ciencias de la documentación: ¿cómo es?

Para quienes demuestran vocación para trabajar en estos ámbitos, la bibliotecología brinda algunas oportunidades: hace unos años, muchos cursaban sus estudios en San Juan, luego apareció la oferta en Mendoza desde la gestión privada, que afortunadamente se mantiene para obtener título de técnico, en tanto que desde el ámbito universitario de gestión estatal, sólo cuatro promociones alcanzaron a cursar la tecnicatura y sólo unos pocos obtuvimos el título de licenciado. En los últimos años, algunos jóvenes están optando por cursar a distancia carreras incluidas en la oferta académica Argentina. No cuentan con la misma suerte quienes desean estudiar museología o archivística (para esta última cabe destacarse que en el 2019 se empezó a dictar en San Juan bajo la modalidad presencial).

¿Han cerrado bibliotecas en nuestra provincia?

Desde hace más de 10 años se han dejado de prestar sus servicios bibliotecas de envergadura y con fondos documentales únicos, ante la total indiferencia de la sociedad, sólo por citar casos se pueden mencionar algunas de las bibliotecas del INTA y la del Instituto Nacional del Agua. Muchas bibliotecas populares no encuentran el camino para financiar sus gastos y han terminado cerrando.

Antes la situación que describís: ¿Has estudiado algún modelo de bibliotecología que pueda optimizarse en Mendoza y mejorar la situación? 

Siempre me ha llamado la atención, y veo resultados positivos en un modelo que tenemos muy cerca, con el que nos resultaría sencillo interactuar para aprender de sus buenas prácticas: el modelo aplicado en Chile.

¿Podes desarrollar una reflexión final sobre estos temas?

Después de todo lo dicho, pienso en voz alta y me gustaría encontrarme con algún lector para buscar respuestas a las siguientes preguntas: ¿se puede hablar de políticas públicas bibliotecarias en Mendoza? ¿Es un falla de la clase política? ¿Hay una desvalorización por parte de la sociedad? ¿Han cambiado los que buscan información y lectura, y han encontrado otras formas de acceso? ¿O todo es parte de una mezcla que precisa sentarnos a analizar por partes, reflexionar y empezar transitar nuevos caminos?

Cuando me preguntan por dónde empezar, les digo: relevar datos, sistematizar información, evaluar, realizar diagnósticos y con este primer cuadro, imaginar políticas públicas que nos permitan volver a soñar un proyecto provincial bibliotecario.

* Lic. En Documentación y Gestión de la información, Facultad de Educación de la UNcuyo.

Jefe de la Biblioteca y Archivo Histórico del Agua del Departamento General de Irrigacion.

1 thought on ““LA DEMOCRACIA SE DEBILITA SIN BIBLIOTECAS”

  1. Se agradece desde el espacio minúsculo, que los bibliotecarios tenemos, la representación como Bibliotecario Mendocino y Gestor de la Información, a nuestro colega Lic. Terrera, Sergio. A través de su relato la identificación con la causa es inmediata.

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