LA CUESTIÓN SOCIAL EN MENDOZA: BIALET MASSÉ AUDITOR DE LA MENDOCINIDAD

Por el Licenciado Sergio Eschler 

INFORME SOBRE EL ESTADO DE LAS CLASES OBRERAS EN EL INTERIOR DE LA REPÚBLICA

“A principios del XX, el ministro del Interior, Joaquín V. González, encomendó a Juan Bialet Massé, médico, abogado y profesor, elaborar un informe sobre las condiciones de vida de la población obrera en todo el país. Como resultado surgió el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República, obra de gran relevancia histórica, dado que fue la primera en plantear cuestiones como el trabajo de mujeres y niños, la inspección del trabajo, los trabajos prohibidos, los primeros contratos, los salarios, el descanso semanal e intrajornada, los contratos de aprendizaje, los conflictos entre la patronal y los incipientes sindicatos, entre otros. El informe da cuenta de la inserción en el mercado laboral de inmigrantes, criollos e indígenas, con una postura especialmente moderna para la época.”
 

El 17 de septiembre de 1904, el médico catalán remite el informe sobre Mendoza,  y otras provincias, en el tomo tercero de su estudio, titulado: El mar de la Viña.

Para desglosar las dimensiones de nuestra provincial, el auditor del Estado nacional elabora veintiocho categorías, las cuáles vamos a sintetizar en tres artículos. En esta versión vamos a sintetizar las siguientes categorías: Las gentes trabajadoras; Falta de concepto de las cuestiones sociales; Falta de espíritu de asociación; la moralidad pública; riqueza agrícola; La cuidad; Mercado; Talleres; Trabajo de sastrería y Trabajo Municipal.

El funcionario del Departamento Nacional del Trabajo, comienza su informe describiendo “Las gentes trabajadoras”. En una vista panorámica, el autor menciona los procesos de mestización de las regiones del centro y norte de la Republica, para afirmar que Mendoza es una región aparte a este proceso social. Historiza sobre las parcialidades étnicas del espacio cuyano, mencionando la araucanía,  “las razas pampas y los quichuas.” Atribuye, a la resistencia a la colonización europea, uno de las causas de la despoblación en nuestra provincia y denuncia que el trato con el “indio” fue muy duro en estas tierras. Marca que las consecuencias actuales de ese proceso, es la construcción de un peón mendocino fuerte, gran trabajador, entusiasta, patriota, vicioso y haragán cuando salen de su terruño. Es apto para las artes manuales, con gran afición a la carpintería. Es fundamental para el mendocino, educarlo de pequeño, luego es imposible subordinarlo. Es paciente en cuanto al trabajo y ejército.

Para el especialista, la conformación de la condiciones obreras es producto de la desaparición de los trabajadores durante el terremoto de 1861, pero su reconstrucción se debe a que los pobladores dispersos en el campaña se concentraron en la Cuidad y junto  a las migraciones de Chile y otras provincias, han generado una buena mano de obra. La lejanía del litoral, pero la cercanía al comercio con Valparaíso Cordillera mediante,  produjo un escenario de trabajo basado en las artes manuales muy prospero, ya que los trabajadores se apropiaban de “salarios pingües” que permitirán ahorrar para comprar propiedades. Este círculo virtuoso, fue interrumpido por la Revolución Metrista de 1874, que interrumpió las tareas laborales para tomar las armas. Mendoza no se ha levantado de aquella caída.

Para salir de esta crisis, los gobiernos apuntalaron la vitivinicultura. El fomento de la inmigración y las escuelas agronómicas marcan síntomas de una nueva era en la provincia, sin embargo, olvidaron las artes manuelas y oficios, direccionando a toda la peonada a las viñas. El ferrocarril trajo una abigarrada que se fue asentando en las colonias. Sin embargo, no se funde con la masa criolla, ya que se casan entre europeos de la misma nacionalidad. Los sobrevivientes del terremoto de 1861, han armado un clan que maneja los destinos políticos de la provincia,  y poco y nada se acerca al peón local. Es visible que los inmigrantes progresan rápidamente, sin embargo el criollo permanece estacionado, pobre y sin demasiadas perspectivas. Encima la policía es ineficaz para contener el juego, la bebida y la ociosidad, únicos placeres que se dan los pobres, en detrimento del ahorro por ejemplo. El clero no levanta la dignidad moral de estos criollos, ya que tienen poco peso en su ánimo. En ningún lugar de la Republica, hace más falta que aquí que las escuelas de artes y oficios, pero prácticas. Lo que se requiere es: Así se hace, porque es mejor, luego vendrá la teoría.

La falta de concepto de la cuestión social es el segundo eje del informe provincial. Basado en el diagnóstico anterior, sobre que la condición del trabajador es estacionaria, señala que se hace rutinaria las tareas que se trasmiten en las jerarquías laborales, es decir que el obrero cuando llega a patrón, sigue esas recetas. Sin embargo, el auditor propone una tesis muy interesante. Las patronales, bodegueras sobre todo, proponen un jornal a la baja producto de la incorporación del maquinismo en el proceso del vino. En ese contexto, invoca un rol activo del gobierno, para que considere la cuestión social y producto una cultura del trabajo distinto, sino este círculo, no virtuoso, se regeneración de  generación en generación. La administración está ajena a los progresos de la “antopotecnia y la fisiología experimental”, desconoce el progreso en términos modernos e introduce instituciones parecidas a la de socorros mutuos, que se transforman en el edificio comunista. Denuncia que Guillemain, ya tiene los planos realizados para instalar una institución en Palmira. En definitiva, propone una cuestión social mediada por las ciencias y por un desarrollo basado en instigaciones interesadas y facciosas.

La falta del espíritu de asociación, es otra de las variables que analiza el médico. Ni los poderosos bodegueros, ni los pequeños y medianos productores logran ponerse de acuerdo de sobre los intereses comunes. Las consecuencias de las asociaciones, perfilan a los viñateros y pequeños productores como los cañeros tucumanos en cuanto al nivel de explotación. En esta materia, propone que el gremialismo no sea una fuerza de choque, sino que proponga uniones estratégicas que permitan introducir la producción en nuevos mercados y no caer en la sobreproducción o mala calidad. Es un espíritu fundacional para nuestro país, expone en el párrafo final.

La moralidad pública es abordada por el autor desde un enfoque crítico. Afirma que la inmoralidad de las clases obreras es muy alta. La lujuria, el juego y la embriaguez son azotes que degeneran cualquier iniciativa de desarrollo. Menciona que el 42% de los nacimientos son hijos ilegítimos, las entradas a la policía por embriaguez y desorden, son 6 personas por día. La criminalidad es de un 33% en los meses de trabajo, pero cuando este escasea es de 62%. Cómo será la moralidad pública en esta provincia, que fui a una misa de diez en la Iglesia de San Francisco. El lujo de los asistentes era notable, pero el sermón se tituló: PAN y FE en las misas de paquetas. Un teatro de gala y un corso en ese mismo sentido, visibilizaba una clase propietaria suntuosa con muchas riquezas. Luego espié tres farras de primera en la zona Este de la cuidad y en el Oeste una fiesta con ribetes de orgias griegas. El único momento de lucidez moral, fue cuando el profesor Ventura Gallegos, en las conferencias ordenadas por el Ministerio de Instrucción Pública, desarrolló alta cultura con sus conocimientos de sociología y localidad. En definitiva, la crisis de moralidad en Mendoza: “el mal viene des arriba”. Se han perdido la sencillez de las costumbre y el lujo desmedido se han metido por todos os resquicios, en donde el extranjero es ignorante. Hay un progreso en las riquezas, pero un retroceso en el orden moral.

La riqueza del suelo es de una feracidad inagotable, un aluvión constantemente aumentado regado abundantemente con las aguas de la Cordillera, con un clima templado,  es una de las grandes esperanzas de la República. Los cereales son de primer orden, los alfalfares son portentosos, pero todos se dedican a lo mismo, y con la perdida de las economías harineras en Santa Fe, se producen desequilibrios productivos. La seda fue una industria valiosa, vino una plaga de gusanos y se dejó perder. El olivo es incomparable, los nogales son una maravilla y las ciruelas de exportación. Los cerdos compiten con los mercados de New York y Chicago. Lo producción de miel es brillante y surte a varias Iglesias del interior. Las frutas son de primera calidad, Juan R Serú, acaba de plantar duraznos para producir 200000 tarros de durazno en conserva.

Sin embargo en Mendoza no hay una economía agrícola. La rutina impera a tal punto, que destruye para crear y vuelve a destruir para volver al pasado, en vez de crear y conservar el pasado para tener de todo y evitar esas tremendas crisis que desangran al único fruto que se cultiva. No hay estudio que ayude a optimizar el mar de las viñas y en ese sentido, se parece mucho  a San Juan. Las alamedas y un cielo purificador, son un escenario ideal para fomentar un modelo distinto en la provincia.

La cuidad, como sexta categoría, es motivo de análisis del funcionario. Afirma que en treinta años, se ha agrandado mucho. Anchas arboledas, y sus calles pavimentadas dan la sensación de estar en una bóveda natural. Está divida por mitades, por una gran avenida de treinta metros de ancho y de más de una legua y media de largo, denominada San Martín. Hay calles empolvadas y de ancho de carretas también, heredadas desde los tiempos cuando la Cordillera daba comercial. El riego se hace de una manera muy original. Con un balde atravesado a la punta de un palo. Las cuadrillas se ponen a lo largo de las acequias que corren por todas las calles y tiran aguas al sesgo. Es un trabajo muy cansador.

Las construcciones son de barro y carecen de cimientos, estas construcciones tienen un justificativo que son los movimientos sísmicos. Pero también por la economía, la construcción de un metro cubico cuesta 6 pesos, la de ladrillo con argamasa de cal y arena cuesta 20 pesos. Ranchos y conventillos abundan, especialmente en las  orillas del Norte y Este. El decorado general consiste en blanqueo de cal, existen casas que amortiguan la blancura con otros colores y otras con fachadas distinguidas ninguna monumental. La Iglesia de San Francisco, es toda de ladrillo y argamasa de cal, pero un terremoto derribó su elevada torre.

Las casas bajas y la amplitud de sus calles, dan a la cuidad una gran extensión, pero sin embargo la falta de aguas subterráneas hasta más de sesenta metros, dificultan la vida es sana.  La mortalidad en Mendoza es de 53%, sin embargo el Gobierno local preocupado por esta situación, convocó al higienista doctor Emilio Coni y se hicieron grandes mejoras en el saneamiento de la Cuidad. Sin embargo, pasó el microbio letal y sus miedos sociales, dejando inconclusa la obra ideada el doctor. Faltó educación sanitaria y la creación de hábitos en higiene. La mortalidad es de 41 por cada 1000, en estos tiempos, más alta que la media nacional.

El tema del mercado, también fue motivo de un profundo análisis. Existe un mercado, propiamente dicho y tres pequeños. El principal es amplio, limpio y bien hecho. En el interior hay na distribución de puestos, que no consiste en hileras de mesas-mostradores que corren paralelas. En la cabecera Norte hay una sección para macetas y otros objetos de cerámica, sigue otra de aves y a continuación una cocina económica donde se elaboran pucheros. guisos, se sirve café y se da de comer. Los domingos venden empanadas y pasteles que provocan la sisa de las sirvientas. Los puestos de pescado y carnes, rodean el edificio por las paredes interiores. Todas las mañanas los puestos de verdura rodean el mercado por calle Suipacha, Las Heras a General Paz. Esta práctica está prohibida.  

Las reses que se carnean en Mendoza es de 41 vacunas, unas 35 de lanares y una de cerdo. Está por debajo del consumo nacional y los precios son más o menos igual que los de Rio IV. El consumo del obrero criollo es diferente al extranjero. El primero consume carne de vaca y aves, los segundos en base a legumbre y verduras. El primero gasta 50centavos y el segundo 70 centavos por día. El jornal general del bracero es de 1.30 pesos sin comida; lo que hace que la vida le resulte cara, y cuando tiene familia, miserable. Esta es la razón porque va d se envicia. La vivienda es mala y cara, y la leña es muy cara.

Hay en Mendoza gran número de talleres, pero ocupan cada uno poca gente. Son amplios y bien ventilados, acaso demasiado, porque les fríos del invierno se dejan sentir como al aire libre d poco menos. La fundición de don Carlos Berri es la más importante de Mendoza; tiene 30 operarios, 19 extranjeros, 8 criollos y 3 aprendices nacidos en el país hijos de extranjeros. Se paga por hora; la jornada es de diez horas; pero los obreros pueden hacerla del número que quieren, entrando más tarde o retirándose más temprano; generalmente trabajan las diez horas, y obtienen los jornales. Es clara la falta de legislación laboral en cuanto a los jornales y descansos.

El trabajo de sastrería es una dimensión que describe el auditor. Los sastres y  costureras de sastre no están mal pagados. Les dan por confección de u n saco 8 pesos, jaque t 14, levita 20, frac 3 0 y saco 16. L a costurera de sastre gana 60 pesos al mes; 2 peso s por pantalón, 2 por chaleco liso y cruza do 2,50. Los oficiales de sueldo ganan de 80 d 100 pesos al mes; los cortadores de 18 0 a 200. L a jornada viene a ser de nueve horas, pero cuando tienen apuro algunos días  se prolonga y los domingos trabajan mediodía.

La municipalidad contrata un número de personal interesantes con  salarios medios que van de, 70 centavos a 2, 60 pesos. El señor Intendente y empleados me hacen notar que las viviendas para los pobres son muy malas en Mendoza. Ahora hay un proyecto de construcción de casas para obreros, concediéndose al solicitante cinco anos de exención de impuestos. No hay ninguna clase de socorro para el caso de enfermedad ni accidentes, fuera del hospital.

En conclusión: En estas primeras categorías, hemos observado una Mendoza con problemas sociales muy profundos, y con legislaciones insuficientes, que lejos de parecerse al Ideal del Granero del Mundo, se evidencia la fragmentación laboral y una vida miserable para los trabajadores. Las perspectivas planteadas por Bialet Massé son un puntapié inicial para hacer diagnósticos en el presente que tengan en cuentas estas dimensiones., donde la cuestión social esta totalmente ausente.  

Para resaltar la precisión sociológica del doctor en sus análisis y la ausencia de este trabajo en el debate público provincial, como  también en el ámbito académico.

Referencias bibliográficas:

Massé Bialet, 1904, INFORME SOBRE EL ESTADO DE LAS CLASES OBRERAS EN EL INTERIOR DE LA REPIJBLICA, Departamento Nacional de Trabajo, Ministerio del Interior, tomo tercero.

 

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