LAURA NAVARRO, LA CANDIDATA DEL MOVIMIENTO OBRERO

Laura Navarro

 

“Mi desafío es transformar a través de proyectos y leyes las cosas que le reordenen la vida a los mendocinos y mendocinas, reconstruir todo lo que el gobierno de Macri y Cornejo rompieron, sumar a consolidar el proyecto de Anabel y hacer el mejor gobierno de la historia de Mendoza.” (laura navarro)

Por Vero Benitez

 Las mujeres hace tiempo venimos dando la discusión y la disputa de poder en todos los ámbitos donde nos desarrollamos. El feminismo ha venido no solo a visibilizar las desigualdades de género, la violencia que nos pone en desventaja permanente en el desarrollo público y privado como sujetas sino también viene a poner en crisis el paradigma político patriarcal neoliberal.

Discutir las prácticas políticas naturalizadas y reconocer la violencia política en razón de género en los espacios de militancia también es producto del feminismo. De este modo, las mujeres nos unimos y organizamos más allá de los límites de los lugares donde trabajamos. Compartimos historias, experiencias, nos ayudamos, nos cuidamos y como dice Laura cada vez que una compañera llega, llegamos todas.

Podemos decir que Laura Navarro no solo es la candidata del movimiento obrero, sino es una de las nuestras. Y no es la única, hoy el Frente de Todxs lleva una lista con paridad y compañeras referentas y luchadoras del movimiento de mujeres y las disidencias. No es un dato menor, históricamente el peronismo ha reivindicado los derechos de los excluidos y excluidas, de mayorías y minorías relegadas.

Por eso, cuando decimos una de las nuestras la vemos a Laura en las marchas, en las asambleas de NUM, en las caminatas por los barrios populares de Mendoza, en las actividades de perspectiva de género.

Esa Laura militante del feminismo popular, secretaria gremial de SATSAID, trabajadora, estudiante y madre, hoy es candidata a senadora. Es la mujer elegida del movimiento obrero.

 

ZC: Laura, hoy sos una de las referentas del feminismo popular en el movimiento obrero ¿Cómo se lleva eso y cómo se sostiene en un ambiente donde históricamente hemos estado en desventaja?

En primer lugar, no fue nada fácil poder ser parte y ocupar un espacio en la comisión ejecutiva del sindicato, tuvo que ver no solo con mi voluntad sino también con la de compañeros que bancaron desde un principio. Fue alrededor de 8 años atrás donde todo lo que gestábamos no era nombrado feminismo, hoy entendemos que si lo era y lo sigue siendo.

Era muy joven y eso también fue todo un tema, imagínate! Mujer y Joven. Pero como te decía, no hubiera sido posible dentro de la estructura sino hubiera habido compañeros que bancaron y no lo vieron como un condicionante sino como un potencial.

Hoy se sostiene gracias al contenido y la formación que para nosotras siempre es un requisito no excluyente, pero también gracias a la enorme marea feminista que hizo posible que mujeres como yo nos hiciéramos fuertes en nuestros espacios.

El sindicalismo es una forma de vida, un camino de ida diría, donde no solo tenemos lentes violetas sino también nos ponemos los lentes para advertir las desigualdades en el ámbito laboral y de ahí nuestra fuerza para luchar incansablemente para revertirlas.

“la enorme marea feminista que hizo posible que mujeres como yo nos hiciéramos fuertes en nuestros espacio”

ZC: Mencionas que la enorme marea feminista hace posible que hoy las mujeres se hagan más fuertes en los espacios ¿Qué mujeres referentes del sindicalismo identifican?

Vanesa Siley sin duda es una gran referente y el norte de muchas compañeras de mi generación, es la demostración clara de que se puede, la veo en las mesas de CGT y no puedo no sentir menos que una profunda admiración por ella, un orgullo enorme porque siento que: si esta ella, estamos todas.

Hacen unos años me paso algo que hoy me da risa pero que en su momento fue duro porque lo sentía como una discriminación. En la empresa donde trabajo había un jerárquico que me había apodado Rachel, en referencia a Raquel Blas, creía desprestigiarme y la verdad me ponía el nombre de una gran luchadora sindicalista de Mendoza. Por supuesto, salvando las diferencias políticas no dejo de admirar la fuerza y coraje de la compañera. Esto es lo grandioso del feminismo, poder ver en la otra una compañera y no una competencia. Entender que lo que creían era un apodo descalificante no era más que el reconocimiento de lo que una representaba allí adentro, fuerza pura y poder feminista.-

ZC: ¿Qué significa y que simboliza ser hoy la candidata del movimiento obrero en Mendoza? ¿Cómo fue el proceso para llegar ahí?

Antes que nada es una enorme responsabilidad, porque tal como me preguntas no es una candidatura personal, es la representación de muchas compañeras y compañeros. En mi opinión,  es fundamental ocupar esos espacios, porque no da lo mismo que la cuente por nosotros a que nosotros de primera mano seamos quienes defendamos los intereses de nuestros representados.

Sabemos que el movimiento obrero es la columna vertebral del peronismo, pero también sabemos que hay otras expresiones políticas que hablan en nombre de los trabajadores y no los representan realmente, es por eso que decidimos ponerle el cuerpo ahí también.

Eso en un plano acotado, ya que ser legisladora no es ser la legisladora de los que tienen empleo sino la de todos los mendocinos y mendocinas. Trabajar para reordenarles la vida fue lo que me motivó, ver como se empezó a complicar todo desde el 2015, ir a una marcha y a otra, resistir y entender que no hay salidas sectoriales sino políticas y hacerme cargo del lugar que nos demanda hoy el pueblo.

El proceso para llegar fue intenso y a su vez breve si lo traducimos en tiempo real.

Para el ballotage de 2015, desde el sindicato decidimos salir a militar territorialmente, en lo personal fue mi primera experiencia aunque camino y milito junto a compañeros y compañeras que tienen mucha militancia y años de experiencia en política.

“Estar cerca de ella y ver la batalla que estaba dando dentro de la política mendocina fue algo que motivo a muchas compañeras y compañeros que definitivamente no nos da lo mismo que sea ella o no.”

A principios de 2016 lanzamos la agrupación “La Néstor” y desde ahí no paramos de militar, luego en 2017 fuimos parte de Unidad Ciudadana,  desde la Corriente Federal de Trabajadorxs, días antes de las elecciones lanzamos “Mujeres Sindicalistas” junto a compañeras de distintos gremios y luego creo que se fue dando el escenario para poder ser parte de las listas, la paridad fue un empujón gigante y la puerta de entrada para tantas de nosotras… Feministas en las listas fue la consigna y lo logramos, también le agregaría “Sindicalistas”.

Anabel también fue un gran motor, una compañera que no dejo de admirar. Estar cerca de ella y ver la batalla que estaba dando dentro de la política mendocina fue algo que motivo a muchas compañeras y compañeros que definitivamente no nos da lo mismo que sea ella o no.

ZC: ¿Cuáles son tus expectativas y desafíos para encarar esta nueva etapa como representante de los trabajadores y trabajadoras en la legislatura?

 El desafío es transformar a través de proyectos y leyes las cosas que le reordenen la vida a los mendocinos y mendocinas, reconstruir todo lo que el gobierno de Macri y Cornejo rompieron, sumar a consolidar el proyecto de Anabel y hacer el mejor gobierno de la historia de Mendoza.

Expectativas tengo miles, soy muy soñadora y me animo a soñar en grande, tenemos que trabajar para que desde la legislatura salgan las mejores leyes, las más inclusivas, las mejores para Mendoza.

Y en cuanto a los trabajadores y trabajadoras sueño con que haya empleo para todos y todas, considero que es un derecho fundamental y que como estado lo debemos garantizar.

ZC: Las mujeres y disidencias estamos en una etapa de visibilizacion de las desigualdades de género, intentamos discutir, diagnosticar y cambiar desde lo propositivo las estructuras patriarcales ¿cómo ves el proceso en el sindicalismo?

El sindicalismo no escapó a lo que Ni Una Menos nos trajo aparejado a todos y todas, no estuvo exento de ese proceso y muchas de nosotras fuimos las que bregamos para que así fuera, porque entendimos que “cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede, crece la organización” y apuntamos a eso, a fortalecer nuestras organizaciones sindicales con nuestra participación activa garantizando que hayan muchas compañeras en todos lados.

#EsNuestroTiempo no es solo un slogan de campaña, somos las sujetas políticas del siglo, y eso implica estar a la altura de las circunstancias todxs y que en los sindicatos estemos y ocupemos espacios de decisión, para que las políticas que allí se impartan no carezcan de perspectiva y no dejen a nadie afuera.

Mujeres Sindicalistas tiene todo que ver con eso, visibilizar a las compañeras, formarnos, generar condiciones para que podamos participar todas.

No hay sindicatos de mujeres ni de varones pero la realidad nos dice que somos minoría entonces necesitamos políticas públicas que resuelvan de fondo la desigualdad, que rompan con los estereotipos de género que nos limitan la participación en el mundo del trabajo y también que nos liberen del ámbito doméstico.


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