EL CORONEL SI TIENE QUIENES LO REESCRIBEN

El 1 de julio de 1974, hace 45 años, moría Juan Perón. Pero ¿por qué no se extinguió su legado y pasó el peronismo a buena vida junto con su líder?. Por varias razones, aquí intentaremos abordar un par de respuestas que nos puedan ayudar a pensar lo que hoy es presente y también futuro próximo a la luz de los acontecimientos políticos actuales.

45 AÑOS DEL PERONISMO SIN PERON

Cuando Augusto Timoteo Vandor lanzo esta consigna con  Juan Domingo Perón en el exilio, no tenía otra intención que construir una representación política apropiándose del movimiento peronista surgido en los 40`, y desde ahí lograr los objetivos políticos de esa fracción sindical. Pésimo calculo, por supuesto; solo diremos que enfrentar al movimiento responsable de la revolución social del siglo XX en la Argentina y a su líder vivo, solo podía terminar en un fracaso político trágico como lo fue el del “lobo” Vandor.

Pero por esas incongruencias que tiene la historia, la frase “peronismo sin Perón” del traidor, anticipaba el dilema sociopolítico de la última parte del siglo XX y  mínimo el primer cuarto del siglo XXI. La simple estadística que de los 6 candidatos a Presidentes  y Vice en las elecciones presidenciales, 4 son peronistas, resuelve la incógnita si existe el peronismo sin Perón.  No solo existe, sino que inunda todo el escenario político. La última batalla política del macrismo (que se ha enorgullecido de su antiperonismo) ha sido incorporar en su conducción a la “pata peronista”,  encarnada en la última pirueta para permanecer en la cúspide de Miguel Pichetto, quien fuera el armador político en el Senado durante más de 20 años. Este intento parece haber acabado ridículamente al ver su arenga desesperada a un puñado de riojanos que impávidamente miraban a ese hombre proponiéndoles apoyar al gobierno de, por y para los ricos; mientras en la vereda del peronismo se perfila  un frente político similar en tamaño y composición a aquellos que protagonizaran las más importantes victorias del pueblo argentino peronista.

Y es que parece que a partir de la jugada política de CFK de incorporar a la conducción a Alberto  Fernández, parece haberse completado un proceso político que explica desde este caso particular, la generalización que intentamos proponer para entender el porqué de la vigencia en la disputa hegemónica argentina,   de este movimiento y esta doctrina.

“en la vereda del peronismo se perfila  un frente político similar en tamaño y composición a aquellos que protagonizaran las más importantes victorias del pueblo argentino peronista…”

 

Juan y Eva Peron

El  1 de julio de 1974, hace 45 años, moría Juan Perón. Pero ¿por qué no se extinguió su legado y pasó el peronismo a buena vida junto con su líder?. Por varias razones, aquí intentaremos abordar un par de respuestas que nos puedan ayudar a pensar lo que hoy es presente y también futuro próximo a la luz de los acontecimientos políticos actuales.

Las inmensas demostraciones de afecto de los trabajadores y trabajadoras argentinas en el funeral de Perón  son un testimonio de agradecimiento y de adhesión para quien condujera durante más de 30 años la transformación de las condiciones de vida de millones de argentinos. Desde el lugar del desamparo y el menosprecio que el modelo agroexportador del coloniaje les había asignado en la estructura social, los “descamisados” ascendieron, conquistaron y defendieron derechos de ciudadanía plena, creándose así  la clase media proporcionalmente más amplia del continente sudamericano.

Esta adhesión es representación, porque la política está íntimamente imbricada con la constitución personal de los sujetos. En su historia personal y en la historia colectiva, las personas traducen las condiciones materiales y existenciales que las rodearon en visiones y conductas sobre la organización política de la sociedad en la que viven y de su propia realidad. Deseos, motivaciones, consumos y  conductas están enmarcadas por un conjunto de ideas que se sintetizan en cada uno de ellos y que aparecen resumidas en la conciencia colectiva de los grupos sociales.  Así nació y creció  la conciencia de los trabajadores desde el 17 de Octubre de 1945 en adelante.  Esta es, mal que le pese a muchos peronistas, la base materialista del peronismo. El eje central de su propuesta es que existen una sola clase de personas, las que trabajan; y la dialéctica subjetiva nos puede arriesgar de que, para quienes trabajan, existe solo un movimiento que los puede bien representar.

“Deseos, motivaciones, consumos y  conductas están enmarcadas por un conjunto de ideas que se sintetizan en cada uno de ellos y que aparecen resumidas en la conciencia colectiva de los grupos sociales…”

Claro está que esto significó y significa reconocer el conflicto de clases, hasta la marchita quiere combatir al capital. Pero nada más lejos de la praxis peronista histórica que la lucha de clases. Porque desde aquella consigna Braden (embajador norteamericano) o Perón, hasta nuestros días, el peronismo se construyó a partir de la tensión y la contradicción centro-periferia en la geopolítica mundial. También denominada colonialismo/ imperialismo frente a las formaciones nacionales y su proceso de liberación nacional. Y para asumir,  dentro de estas tensiones, las tareas de liberación nacional a partir de “la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación”; las tres banderas incluyen una conciliación de clases, pero no cualquiera. Una conciliación con justicia social, donde nunca los trabajadores pueden “esperar” el derrame  del crecimiento económico ni menos creer que no son merecedores del goce. Todo lo contrario. Construir una alianza de clases entre los distintos sectores corporativos de un país donde cada uno de ellos se sienta integrado y reconocido en su función “como parte del dispositivo” y disfrute de ello. Pero dentro del cual funciona una diferencia sustancial: No son los patrones materiales ni simbólicos  quienes definen el futuro del resto, en todo caso es el poder político  quien decide; pero siempre puestos sobre la mesa los intereses de los trabajadores encarnados por ellos mismos a través del movimiento obrero y las nuevas representaciones, como los movimientos sociales .

Esta alianza parece volver a reconfigurarse en el frente Todos (peronismo) de la actualidad. Porque el gobierno de Macri y sus desdibujados aliados (el panradicalismo con sus versiones provincianas y /o mesiánicas) solo han financiado con deuda una timba financiera con fuga de dólares, donde naturalmente el final es un saqueo de riquezas cuyas última ficha es la destrucción del capital nacional. La transferencia al capitalismo financiero internacional ya está dada y es irreversible, ya que la deuda se paga en el futuro y con trabajo argentino. Y quizá la burguesía económica nacional sean los últimos en enterarse. Porque antes, el “ajuste “ (que no es más que una transferencia de riquezas de abajo hacia arriba), se llevó puesto a asalariados, jubilados, la pequeña burguesía  y por supuesto a los excluidos que cada días son más,  y más estructurales por cierto. 

Esta agresión fue la que formó dialécticamente la nueva alianza de clases que se gesta casi invisiblemente en estos días. Es un acto de defensa, pero precisamente esa defensa encuentra su forma, su órgano, su dinámica y sus líderes en el peronismo. Porque su doctrina le “exige” los mayores niveles de eficacia para esas tareas, de productividad inclusive. Producción de soluciones para todos, o la mayoría. Y la conciencia nacional sabe esto, y por eso quizá la vergonzante (para si misma) convocatoria de la alianza Cambiemos a algún peronista que traiga soluciones. Decir que es tarde es poco, es inoportuna y desubicada y los más importante es poco creíble. Es querer engañar a todos con una imitación solitaria y hasta desfigurada del peronismo como el pobre Pichetto que reconoció que en Nueva York lo convencieron de esta aventura.  A confesión de partes…

Entonces parece ser que las ideas que aquel coronel del ejército argentino con un talento para la política fuera de serie, recogiera de las mayorías argentinas y les diera cuerpo, realidad y sustancia durante décadas, antes y después de su muerte;  aquellas ideas se convirtieron en práctica colectiva, acertaron y erraron cuanto les fue posible dentro de los límites estructurales de ese país llamado Argentina.

“aquellas ideas se convirtieron en práctica colectiva, acertaron y erraron cuanto les fue posible dentro de los límites estructurales de ese país llamado Argentina.”

 Y fundamentalmente nutren a todos aquellos y aquellas que se deconstruyen del estigma de feos, sucios y malos peronistas que se les asigna en el juego de roles que  los dueños de todas las cosas y de la historia atribuyen con odio; y así, con la patria al hombro, reescriben la historia del peronismo todos los días.

Rodrigo Aguilar. Sociologo

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