VENCEDORES VENCIDOS

Las elecciones del pasado domingo dejaron la cancha marcada para la continuidad del proceso electoral, al mismo tiempo que resolvieron y consolidaron los procesos políticos al interior de las distintas fuerzas políticas que se presentaron.

Las elecciones del pasado domingo en Mendoza dejaron la cancha marcada para la continuidad del proceso electoral, al mismo tiempo que resolvieron y consolidaron los procesos políticos al interior de las distintas fuerzas políticas que se presentaron. Estos planos de análisis son los más interesantes porque involucran la realidad directa y concreta que está sucediéndonos en un año electoral  

Cancha Marcada

Aún con el diario del lunes, es inexplicable la decisión de alfredo cornejo de “taponar” todos los liderazgos que en Cambia Mendoza surgieron desde 2016 hasta hoy. Con su candidatura a gobernador, expulsó a omar de marchi y a daniel orozco del frente, y le creció, al costado (no bajo su conducción), un liderazgo nuevo con proyección de disputarle el espacio del autoritarismo y el supuesto “orden” en una sociedad estancada, más pobre y más violenta. El mediático luis petri promueve lo mismo, pero con un mensaje directo lleno de imágenes y símbolos acordes a la “felicidad permanente” que abunda en el espejo que queremos ser, el mundo de las redes y los medios; incluso su tablero de ajedrez incluye  una “reina” mediática.

Este callejón sin salida se ilumina para el ex gobernador cuando la suma mayoritaria  de los votos del domingo cae dentro de la coalición, inclusive dentro de la UCR; entre cornejo y petri duplican y más a de marchi de cara a setiembre. Sin embargo, un viejo fantasma de la política moderna (el 70 en contra -30 a favor) aparece  cuando se polariza una elección. En una época de adhesiones a personajes surgidos más de pantallas, que de un cuerpo de militantes y dirigentes unidos por un sello con un sistema de ideas. Los electorados son libres e independientes, al menos de los mandatos partidarios clásicos, la volatilidad se cobra a los más pintados. Lo supieron y lo saben personajes políticos de lo más encumbrados en algún momento: menem, cristina, macri, incluso el actual presidente.  Si quiere llegar a otro destino, cornejo deberá imaginar e intentar crear otros escenarios y torcer esa inercia que se acentuó luego de esta campaña.

Las alianzas nacionales

Ser lo que no es

Omar de marchi es ganso o conservador, como usted quiera y con todas las connotaciones que implica. En la prehistoria política del siglo pasado, un patrón. Hoy es un dirigente con la visión neoconservadora pero de un gran tiempismo político que le alcanza con centrarse en el antiperonismo, para situarse en las preferencias de las mayorías mendocinas; y desde allí maniobrar con astucia y anticipación para ser la oposición de cornejo y suarez; aún cuando su fuerza votó todo a favor de cambia mendoza, menos una jueza hace un mes y medio.

Esa ductilidad le permitió quebrar la UCR nada menos que en el populoso Las Heras de daniel orozco, maniobra que siguió en más de dos intendencias peronistas, que no apoyaron públicamente a ningún candidato peronista, y “bendijeron” a de marchi, cada uno a su manera. De persistir la buena cosecha en los llamados que hace de marchi a cuanto opositor convoca, seguirá ampliando su alianza territorial y eso suma. La parte más difícil será evitar que se vea el “mismo contenido con distinto envase”, como acertadamente lo diagnosticó otro pre candidato al compararlo con alfredo cornejo.

El abismo o el pozo

La diferencia entre estos dos accidentes geográficos se parece bastante a discutir si una fuerza política toco fondo y entonces puede rebotar o quedarse estable en ese piso, o si; por el contrario, la caída no se detiene y encima se fragmenta con los pequeños paracaídas que se abren con la intención de preservarse del incierto choque con la tierra. Sí; estamos hablando del peronismo mendocino, con exageración por cierto, pero buscando la gráfica que exprese este retroceso en las preferencias populares del movimiento que protagonizó todo lo bueno y lo malo de los años de la democracia moderna mendocina y más atrás también.

Luego de conocidos los resultados, las percepciones de la dirigencia y la militancia oscilaron entre; la inexplicable mención a la satisfacción de “los resultados esperados” del pálido sector que encabeza omar parisi, que retuvo el triunfo en la interminable interna endogámica de un peronismo que se ha cobrado ya muchas víctimas, fundamentalmente son los votos emigrados que hoy pueblan las arcas “opositoras” de de marchi y petri. Oscilan decíamos, entre un murmullo cada vez más ruidoso de que las diferencias son tales que no permitirán unificarse tras el triunfador parisi, sino más bien emigrar hacia la pelea de fondo de cornejo y los que se oponen a él. ¿Será una víctima de la polarización el decadente peronismo provincial?; al mismo tiempo  ¿seguirá gobernando en los municipios peronistas? Probablemente sí, pero a veces las olas en la playa nos tapan cuando queremos surfearlas.

 Ni siquiera los problemas de identidad han podido resolverse al interior, cuando antes ahí residía una de sus fortalezas; la diversidad ideológica o bolsa de gatos, llámele como prefiera, pero que se reproducían se reproducían. Hoy esto parece hasta una carga para el peronismo, la incapacidad de articular a los sectores populares de los movimientos sociales es una muestra de ello, o de incluso a expresiones sectoriales con marcas ideológicas claras, como alfredo guevara, que otrora se integraban para sumar piezas al todo. Padece también una predisposición en sus actores hacia el ya célebre “carguismo” que inoculan las etapas largas de gobierno insertado como un virus, en las fuerzas políticas cuando dejan el gobierno. Sus cuadros políticos aferran sus conductas y recursos a la disputa por los cargos entrables, estos disminuyen; y entonces la dramática pelea por las sillas que quedan fragmenta en infinitos pedacitos que pululan en torno a adhesiones internas y a otras fuerzas.

Sin dudas que estos intríngulis esconden el mayor drama que padece y parece no comprender mucho el peronismo, salvo en su militancia heredera de las verdades peronistas; y es la falta de  creencia. Quien no cree en algo no puede transmitir ni una idea, ni una esperanza y menos una propuesta de gobierno.  La auto resignación que fuga hacia adherencias a liderazgos nacionales cómo único método de construcción, o el pretendido pragmatismo de “pintar mi aldea”, no alcanzan ni para empezar a creer. Es justo decir que carga con el malhumor social del bolsillo agujereado por inflaciòn, que en las mayorías ha continuado bajo el gobierno de alberto fernandez, luego del endeudamiento de Macri, todo ello en el contexto de crecimiento desigual que experimentamos. Uno de los mayores pensadores del movimiento nacional como Scalabrini Ortiz dejó una pista, creer o perecer, y que frío se siente en la espalda.

Los otros

Si la izquierda es antisistema y los verdes en cierto punto también, al menos discursivo; debemos sumarlos a los dos a la casi mitad de los mendocinos y mendocinas que parecen ser antisistema. Si medimos todo el padrón electoral de Mendoza, el candidato más votado (cornejo) llega al 14 % por ciento de ese padrón , son números de sociedades donde el voto no es obligatorio y aquí sí. El sistema de representación cruje por todos lados y los músicos tocan y los bailarines bailan en la cubierta del que ve llegar al iceberg. El “partido” de los indiferentes (nulos, blancos y ausentes) ya supera a fuerzas como el peronismo y va por las otras. ¿Se articulará de la nada en torno a un centro o eje o a varios centrales?, difícil, la oferta de cambio radicalizada es muy inestable y hasta volátil. ¿Seguirá engrosando las filas de los aparentes indiferentes?

Incertidumbre y apatía

Pronosticar en ciencias sociales es de necios, pero es tarea obligada hacer preguntas que busquen respuestas que expliquen lo que hacemos cuando actuamos colectivamente los humanos. Preguntar en esta època por las adhesiones a discursos y formulas mediáticas que nos traducen la realidad desde los medios muchas mas veces en torno a emociones que a razones. ¿Por cierto, el discurso punitivista sobre el orden, la pena y la cárcel está pisando sobre nuestros miedos en una sociedad cada vez más violenta? ¿El miedo a enfermarse y por eso empobrecer esta detrás de la popular discusión sobre el ítem aula? ¿La indiferencia de los blancos, nulos y ausentes contiene ira o creencia?

Cuando las pulsiones tan grandes y básicas predominan y dominan las conductas, aparecerá el miedo a la transformación (de lo más conservador), la ira y el odio al pobre y al distinto (somos racistas y clasistas o estamos inundados de eso), corremos la “agenda” a discutir los remedios salvadores, cargados de opresión, represiòn  y de un autosacrificio. Así excluimos y dividimos a una sociedad que ya contiene a varias sociedades, muy desiguales, por cierto. 

No es nuevo, ya ha pasado, se desintegra y desiguala tanto que un día estalla. O la creencia hecha política lo salva, lo integra nuevamente bajo formas nuevas,  también ha pasado.

Por Rodrigo Aguilar 

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