“…El papel de la actual distribución del ingreso como desencadenante de la crisis del gobierno del Frente de Todos
El gobierno del Frente de Todos es el resultado de una variante peculiar de “alianza nacional” donde participan al menos dos expresiones políticas que se pueden considerar como estrictamente “nacionales” en tanto dentro de sus representados se encuentran los grupos económicos locales y una tercera fuerza que expresa al conjunto de sectores sociales que conforman la propuesta “nacional y popular”.
Debido al protagonismo decisivo que asume electoralmente el kirchnerismo (la principal fuerza nacional y popular) dentro de esta alianza, el Frente de Todos como gobierno se expresa públicamente como si fueran todas ellas “nacionales y populares”.
Esta diferenciación merece tenerse en cuenta porque tiene sus fundamentos en la teoría política11 pero también en las experiencias históricas ya que cuando gobernaron “coaliciones nacionales”, como fue el caso de la administración presidencial de Raúl Alfonsín y el interinato presidencial de Eduardo Duhalde, la conducción del proceso la detentaron, mediante diversos “intelectuales orgánicos”, las fracciones del capital que
los sustentaban. Por el contrario, durante los gobiernos “nacionales y populares”, como durante los primeros gobiernos de Perón y el kirchnerismo (especialmente durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner), esa conducción estuvo en manos de los trabajadores. Muy a grosso modo se puede decir que si bien ambas concepciones coinciden en la necesidad del crecimiento económico, las “nacionales” la sustentan en el papel que cumple el capital mientras que las “nacionales y populares” en el poder adquisitivo de los trabajadores para poder plasmar ese crecimiento.
La contradicción en el origen mismo dentro de este frente político constituye la base de los enconados debates internos en la coalición de gobierno, reconociendo como fundamento de la misma la problemática de la participación de los asalariados en el ingreso. Estas disputas fueron especialmente profundas desde mediados del 2021 y se redoblaron a principios del 2022 con el acuerdo con el FMI por ese mismo motivo, es decir la pérdida en participación del ingreso por parte de los trabajadores. En todos los casos cuestionando que la política económica y social tenga como objetivo central revertir la pérdida en la participación del ingreso por parte de los trabajadores.”