LA ANSIEDAD COMO SÍNTOMA EN TIEMP0S DE PANDEMIA

 

            “la ansiedad aparece de la mano

de la exigencia absoluta”

Por Karen Rodriguez

 

La palabra ansiedad deriva del latín anxietas que quiere decir aflicción o angustia. Sin embargo, hay que hacer una diferenciación entre angustia y ansiedad. La ansiedad tiene un objeto del cual el cuerpo puede huir. A diferencia de la angustia que es sin objeto, es decir que no hay un objeto al cual amarrarse. Por ejemplo, “me genera ansiedad estar en el supermercado lleno de gente”. En esta expresión, las personas se han vuelto un objeto fóbico del cual temer porque nos encontramos en un contexto de un virus que puede ser portado por otro sujeto. El otro se vuelve sospechoso, por lo que la ansiedad generada en ese momento tiene la función de mantenernos alerta para cuidarnos. En cambio, la angustia se produce cuando nos encontramos frente a un “me da miedo salir al afuera”, “no puedo pensar en nada”, “me falta el aire” o “siento que me voy a morir”. Allí el cuerpo se encuentra inhibido y no encuentra objeto al cual amarrarse, y lo que tiene presencia es la “nada” y el “todo”. Esta diferencia nos permite dar cuenta de que esa ansiedad puede pasar a ser un causante de la inhibición en muchos aspectos de nuestras vidas. Es posible que la ansiedad se desborde y se convierte en angustia.

He recibido muchas consultas sobre los niveles de ansiedad que se han generado durante este contexto excepcional para el mundo. Y es interesante pensar que muchos de los motivos de consulta de este tipo tienen varios puntos en común. Primero, el nivel de exigencia de los sujetos ante esta situación que atravesamos. Segundo, el imperativo por producir y anticiparse a cómo será el después o el porvenir post pandémico. Y tercero, el buscar respuestas absolutas o causantes de tal o cual cosa.

Hace poco, escuchaba una entrevista a Mariana Enríquez, una escritora argentina, que comentaba que la situación actual podría describirse bajo el género literario realista. Explicaba que sería del tipo crónica realista y no distópica, porque la distopía arranca luego de que termine un suceso, o sea, en el después. En la ansiedad sucede eso: el sujeto vive en el constante después sin hacer una pausa para ver dónde se encuentra, cual es su crónica, solo lo acompañan sus pensamientos distópicos. El nivel de exigencia colabora fielmente como imperativo que precipita al sujeto a actuar, lo que hace que se encuentre en una continuidad sin corte alguno. Esto acompañado de un contexto postmoderno que a priori de la pandemia ya nos empujaba a producir para ser “sujetos” completos, proactivos, emprendedores y felices. Sin contar los medios de comunicación que bombardean de información, sin posibilidad de detenerse para procesar. En esa compulsión, el sujeto con ansiedad no para de preguntarse cómo será el después, de la mano de ideas conspirativas de todo tipo, mi pregunta es ¿no será demasiado con lo que estamos atravesando? ¿Cómo podemos transitar la vida cotidiana con esta sobreinformación y estas exigencias? ¿De qué manera puedo organizarme en relación a lo que puedo y con lo que tengo? Estamos en un momento de transición, donde es difícil pensar, producir o elaborar. No podemos buscar respuestas absolutas a todo lo que nos sucede o lo que nos sucederá después de la pandemia, porque eso es vivir en una distopía.

La pandemia es un hecho que nos atraviesa a todxs y cada sujeto lo vivencia según las condiciones tanto económicas como sociales en la que se encuentra. Si a eso le sumamos la exigencia absoluta de tener una salud mental perfecta, lo cual es imposible, nos sumergimos en una ilusión peligrosa que nos puede costar la vida. Es importante darse cuenta que el cuerpo como tal es una máquina imperfecta que constantemente nos invita a conocer un nuevo padecer para no olvidarnos que somos sujetos parciales y no totales. Es por eso que cuando buscamos la totalidad como tal, vamos en contra del funcionamiento saludable del cuerpo y la psiquis. La ansiedad llega ahora para mostrarnos lo que ya existía previamente en nuestras vidas y que ahora en este impasse se acentúa.

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mail: gisellakarenrodriguez@gmail.com

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