MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

Mujeres que encarnan esta trilogía de ideas y así las llevan al barro de la historia

Memoria

Susana Muñoz

Desde la recuperación de la democracia en 1983, la sociedad argentina pasó por diferentes momentos de reflexión y acción colectiva sobre el horror y la tragedia sembrada por el terrorismo de estado y el genocidio con epicentro en la Dictadura Cívico Militar (1976-1983).

Uno de ellos es la recolección, preservación y difusión sobre los procesos históricos que contuvieron estos hechos. Tarea que desde el principio se presentó delicada; porque por supuesto, el crimen no registra y mucho menos cuando el terrorismo es perpetrado por el estado. En Mendoza, uno de las provincias más importantes de Argentina, esta tarea comenzó en el estado provincial con la tibia y lenta apertura de los archivos de inteligencia y lentamente se fue transformando en una política de Estado.

Para que ello sucediera fue fundamental la valentía y la lucha incansable de Susana Muñoz, militante y dirigente por los derechos humanos. Junto a sus compañeros y compañeras de la Casa por la Memoria y la Cultura Popular consiguieron que “los Archivos”, se convirtieran de olvidados y abandonados documentos que dormían en temerosas y cómplices manos estatales; en el Archivo Provincial de la Memoria, que hoy protege, difunde y proyecta la Memoria de un pueblo sobre una etapa trascendental de su historia.

Susana es parte de la “generación diezmada” que en los 70´ protagonizó la lucha de la juventud argentina y latinoamericana que por la emancipación y la justicia social. Ahí perdió su libertad, perdió compañeras y compañeros, y hasta su patria también perdió; ya que debió exiliarse en México luego de ser “legalizada” por el PEN. Seguramente esa procedencia histórica y formación de militancia territorial es la base del carácter y la sabiduría política de una autentica “imprescindible”, que llego a integrar durante su exilio obligado, las filas de la Revolución Sandinista triunfante contra el dictador Somoza (1979).

En el camino por la reconstrucción de la memoria, Susana encontró miles de historias de compromiso social no solo de las víctimas de la dictadura sino las del período democrático también y fue entonces que su trabajo se convirtió en la divulgación de esas luminosas vidas y las ideas que bregaban por una sociedad libre, justa y soberana. Si pasas por sus redes sociales encontrarás esa titánica tarea de recordar y contar quienes eran los desaparecidos, que aparecían nuevamente con su lucha. Esa búsqueda la llevó a nutrir todos las investigaciones y abordajes que hacen e hicieron sobre el tema, la Casa por la Memoria era fuente obligada para quién preguntara que pasó en Mendoza. Ahí te esperaba la Susi con el mate en el patio de la casa que consiguió con la plata de la indemnización por la detención-desaparición de 1976.

Mejor dicho, ahí te espera la Susana Muñoz. Si querés saber quién es tu pueblo, de donde venís y hacia dónde vamos, seguramente de la mano de ella encontrarás la MEMORIA. 

ENTREVISTA SUSANA MUÑOZ

VERDAD

CRISTINA KIRCHNER

Detrás de la historia formal de la política argentina se esconde la verdadera historia del poder que atraviesa, forma y deforma injustamente a una sociedad desigual donde las riquezas se concentran y la pobreza se expande.

Para que esto suceda ha ocurrido el fenómeno del transformismo argentino en el contexto de la Argentina post dictadura (1976-1983). Es una estrategia de imposición de las fracciones del capital sobre el sistema político, a partir de la cooptación de las conductas reales de dirigentes, y destinado para garantizar la apropiación por unos pocos del trabajo y el esfuerzo de las mayorías trabajadoras y populares de Argentina. Dicho en simple, los gobiernos han sido títeres de un poder económico conducido por alianzas entre diferentes representantes del capital financiero nacional y transnacional, el gran capital industrial y agrícola y por supuesto los tiburones de la comunicación y el sistema de reproducción cultural a gran escala.

Este último, moldea las conciencias de vastos sectores de la población para legitimar un orden social injusto. Probablemente en esta construcción manipulada de la percepción social radica una de los puntos claves de las crisis de representación política que debilitan a los pueblos en su cotidiana pelea por una vida mejor. La idea es instalar en la superficie que todos los políticos mienten y roban, y en consecuencia son impotentes frente al poder real porque son cómplices del mismo.

Pero ese mismo pueblo sabe parir de tanto en tanto dirigentes políticos como Cristina Fernández de Kirchner, que desde hace un tiempo hasta esta parte ha decidido recorrer el incómodo camino de la verdad. De decir, por la cadena que sea, la “verdad de la milanesa”, con nombre y apellido.  Tal vez porque ella es el blanco preferido de esa gran mentira que el poder construye casi diariamente y destinada a demostrar que es imposible que la soberanía de un país pase por los intereses de las mayorías; y que, al decir de Magnetto (jefe de Clarín), el cargo de presidente es un “puesto menor”.

Entonces, luego de una larga serie de verdades lanzadas a la luz de todos y todas, para quienes quieren oír y para quienes se hacen los distraidos; cerró su última aparición pública con la frase (a esta altura cabe la sana impertinencia de decirles “frases maradonianas” por esa estupenda coincidencia con el diez de demoler la mentira más grande con no más de cinco palabras); y luego de revolearles candidaturas en la cara, les dijo “MASCOTA DE NADIE”.

En solo tres palabras resolvió la dura historia y la postura heroica no solo de Argentina sino de toda Latinoamérica y de todo el mundo colonial, porque sabemos que nuestra historia y la de los países colonizados a partir de la globalización que arranca en 1492 en el hemisferio sur del mundo; es la historia de los famosos cipayos que oficiaban y ofician de patrones de estancia del capital imperialista en todas sus formas. Y que han intentado someter a los pueblos a la metrópoli, y han sido bien gratificados por ello; convirtiéndose en oligarquía.

Y ahora esa historia es  develada por el coraje de los hijos e hijas legítimos del pueblo como Cristina. Porque hay que decir las cosas como son para poder cambiarlas. Y eso molesta y mucho. Por eso también hay verdad cuando CFK dice “siga al pueblo presidente, ellos son los únicos leales” o “no vienen por mí, vienen por los derechos de todos”. También cuando señala a las organizaciones libres del pueblo (como el peronismo) en el objetivo del ataque mafioso de las elites.

Cristina dice la verdad y la dice cada vez más fuerte. Desprendida ella cada vez más del miedo, esa semilla que intentan sembrar en la sociedad argentina cada vez que esta se decide a transformarla. Porque la única verdad, para Cristina, es cambiar la realidad.

Entrevista a Cristina Kirchner

Justicia

RAQUEL ROCCHIETTI

Sebastián Moro es un periodista mendocino que en noviembre de 2019 cubría allí la realidad boliviana para medios de comunicación comprometidos con la revolución democrática boliviana que encabezaron Evo Morales y Álvaro García Linera. Cuando sucedió el golpe de estado (nov 2019), Sebastián fue el primer periodista en anticiparlo al mundo. En medio de ataques de fuerzas paramilitares a periodistas y políticos durante esos días, Sebastián murió en confusas circunstancias que exigen una búsqueda de justicia para saber que pasó y condenar a los culpables.

Raquel Rocchietti es la mama de Sebastián Moro, y en medio del dolor inmenso por la pérdida de su hijo, se dispuso junto a sus hijas y hermanas de Seba, Penélope y Melody Moro; a buscar Justicia en medio de un contexto adverso y hasta peligroso, ya que no solo se había instalado una dictadura en Bolivia; sino que en Argentina gobernaba Macri, cuya administración esta acusada judicialmente en Bolivia por apoyar con material militar el golpe.

Pero Raquel es también hija de ese pueblo argentino, y es madre. Como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que enfrentaron a la dictadura argentina con su vida y su muerte también; y como las Madres que luchan por justicia porque perdieron sus hijos e hijas en manos de las fuerzas de seguridad en democracia. Una de estas últimas, Miriam Medina, mamá de Sebastián Bordón quién fuera asesinado por la policía de Mendoza, fue una de las protagonistas de las coberturas periodísticas que Sebastián Moro realizara valientemente por los derechos humanos en Mendoza antes de partir a Bolivia.

Con esta enorme carga sobre su frágil humanidad, incluso atravesada por la búsqueda de poder hacer un duelo por su hijo, Raquel se largó y se larga todos los días a levantar sus pequeños carteles que dicen cosas tan grandes como las palabras y la imagen de ese joven y gran periodista que había encontrado en Bolivia una madurez en su oficio; y además de convocar la atención por su profesionalismo, militaba con la palabra para defender a ese pueblo milenario que luego de la larga noche de los 500 años, había logrado un gobierno que se le parecía y “mandaba obedeciendo”, tal los valores democráticos y justos que sostenía.

La justicia que Raquel busca para Sebastián la pueden dar las instituciones judiciales y esa es una lucha que ha prendido en los activistas por los derechos civiles a lo largo del mundo; al tiempo que el propio Luis Almagro, secretario de la OEA y títere de los golpistas de adentro y de afuera en Bolivia, fue increpado públicamente en el Consejo de las Américas  por el caso de Sebastián Moro. Allí detrás, están Raquel, Penélope y Melody “llevando la causa” y enfrentando gigantes y apoyándose en un pueblo que no olvida cuando mujeres como estas dejan su vida por la Justicia.

Sin embargo, quizás en el medio de esta tarea enorme, Raquel ha ido moldeando y trazando una justicia para Sebastián más ancha, más amplia, y más abrazadora. Es la del reconocimiento para los y las periodistas de la Patria Grande que han ofrecido su vida para contar los hechos y poder transformarlos también y esa ha sido quizá su condena. También Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Jose Luis Cabezas y a lo largo de Latinoamérica, miles de periodistas que rechazaron las comodidades y premios que el poder les da, si solo son capaces de callar las verdades que explican las injusticias sociales.

Por eso la lucha de Raquel es necesaria y luminosa. Porque la memoria exige justicia para evitar que estas cosas vuelvan a suceder; y luminosa por que hace ver lo que el poder oculta y calla, hace ver los caminos trazados por la historia grande de nuestro continente.

 

ENTREVISTA A RAQUEL ROCCHIETTI

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