Ante estos interrogantes se debe decir que la pandemia mostró que tenemos que tener la capacidad de ser flexibles, que muchas tareas pueden desarrollarse con la ayuda de las tecnologías, que nadie se salva solo, que no se llega lejos en soledad, que lo que hace une genera efectos en otres, que la empatía y la solidaridad deben ser los valores que primen entre otros aprendizajes. Pero también la pandemia visibilizó y profundizo la desigualdad social y las brechas de género.
Generó tensiones profundas en los hogares porque a las tareas domésticas y de cuidados, se sumó la carga de garantizar las tareas escolares junto a la prevención de los contagios de covid, en este sentido, es importante dimensionar los aportes de la comunidad educativa y familias para sostener la educación y la salud de las familias.
¿Y los cuidados son actividades ESENCIALES? La respuesta es un SI en mayúsculas, la emergencia socio-sanitaria ha demostrado que los CUIDADOS son tareas ESENCIALES para garantizar el bienestar de los hogares y comunidades, y en esta labor, somos las MUJERES Y DIVERSIDADES las principales RESPONSABLES en gestionar y garantizar los cuidados en la niñez. Por esto mismo, el retorno a clases presenciales tiene que considerar no sólo los riesgos socio-sanitarios y la salud de les docentes, sino también las tareas esenciales que garantizan el desarrollo de nuestra vida cotidiana.
Ante la realidad descripta la Res. 60/21 del Poder Ejecutivo Nacional, viene a reconocer la enorme responsabilidad de cuidar y combinar las tareas laborales, donde las mujeres quedamos tensionadas teniendo que resolver las demandas de cuidados, la organización familiar y los trabajos remunerados. En este contexto las familias deben disponer de más tiempo para garantizar la asistencia a clases de sus hijes. ¿Cómo es posible que NO IMPORTE EL TIEMPO y LAS TAREAS DE CUIDADOS de miles de familias? ¿Cómo es posible que se desconozca la sobrecarga de cuidados que tenemos las mujeres? A sabiendas que somos las más afectadas por los trabajos precarios, informales, el desempleo, la violencia doméstica y económica. ¿Cómo es posible que no se permita a las mujeres hacer uso de un derecho al que siempre por mandato patriarcal nos han delegado, nuestro DERECHO a CUIDAR? ¿Y cómo es posible que a los VARONES no se les permita hacerse cargo y responsabilizarse también de las tareas de CUIDADOS?
Ante esta situación solicitamos a las autoridades provinciales reveer la decisión de no aplicar la Res. 60/21 Ministerio de Trabajo de la Nación, solicitamos la creación de normativa ante el presente escenario inédito donde los cuidados sean un derecho, solicitamos que se reconozca el derecho a cuidar y ser cuidades, solicitamos políticas de cuidado integral para justamente hacer realidad el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes.
Plataforma Cuidados Al Centro