Por Pedro Ferllen 

El muestrario de candidatos es un nuevo ejemplo del fracaso del sistema de elección de candidatos. Está demostrado que el hecho de ser un “gestor” de iniciativas municipales o de otro nivel (léase intendente o legislador de cualquier nivel), no te habilita ser un diestro en política. Esta parodia de conducción tripartita que viene sucediendo en los últimos años (Intendentes + Senadora Nacional + Ciurca), solo ha garantizado derrotas. Y la presente confección de listas viene a ratificar esa historia.

Prueba de ello es que viene acompañada de candidatos fracasados estruendosamente en las elecciones anteriores. Lógico, la culpa no es del chancho… . La deuda que tenemos los peronistas con el peronismo es nuestra activa participación, generosa y sin contraprestaciones, que impida la presencia de oportunistas inquietos por armar una fortunita, que por otros medios estarian imposibilitados de lograr. No hemos sido capaces de armar una “estrategia de poder”, lo suficiente poderosa, para imponerse en la contienda electoral. Las listas presentadas no son lo bastante para llamar la atención en los votantes. Hay que tener en cuenta que no es la situación política de años A, donde existían candidatos que traccionaban y el resto iba colgado de sus pantalones o polleras. Hoy es solamente el nombre y prestigio, el que cuenta. Y, es casualmente, de lo que carecen los actuales competidores.

Mi convicción es que vamos a tocar fondo, por lo tanto, es la oportunidad de aquellos que permanezcamos en el movimiento, de provocar el involucramiento de la mayor cantidad de sectores sociales, de cualquier ideología, que estén dispuestos a promover una “agenda” de necesidades y aspiraciones comunitarias, que nos permitan acceder a una mejor calidad de vida. Una vez obtenida, presentar a la sociedad las personas dispuestas a llevarlas adelante. De lograrlo, sería la aproximación al triunfo.