LA CUESTIÓN SOCIAL EN MENDOZA. BIALET MASSÉ AUDITOR DE LA MENDOCINIDA: 2° PARTE

INFORME SOBRE EL ESTADO DE LAS CLASES OBRERAS EN EL INTERIOR DE LA REPUBLICA

“A principios del XX, el ministro del Interior, Joaquín V. González, encomendó a Juan Bialet Massé, médico, abogado y profesor, elaborar un informe sobre las condiciones de vida de la población obrera en todo el país. Como resultado surgió el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República, obra de gran relevancia histórica, dado que fue la primera en plantear cuestiones como el trabajo de mujeres y niños, la inspección del trabajo, los trabajos prohibidos, los primeros contratos, los salarios, el descanso semanal e intrajornada, los contratos de aprendizaje, los conflictos entre la patronal y los incipientes sindicatos, entre otros. El informe da cuenta de la inserción en el mercado laboral de inmigrantes, criollos e indígenas, con una postura especialmente moderna para la época.”

El 17 de septiembre de 1904, el médico catalán remite el informe sobre Mendoza,  y otras provincias, en el tomo tercero de su estudio, titulado: El mar de la Viña.

Para desglosar las dimensiones de nuestra provincial, el auditor del Estado nacional elabora veintiocho categorías, las cuáles vamos a sintetizar en tres artículos. En esta segunda parte vamos a sintetizar las siguientes categorías: Policía; Trabajo de la Mujer;  Mujeres Tipográficas, la industria vitivinícola; la viña: agua y terreno; Plantación; Error Fundamental en que se incurre; Errores crasos del señor E Lorini en su obra sobre la Republica; Condición de los trabajadores en las labores ordinarias; La Poda.

               La Policía: Se paga a los gendarmes 40 pesos al mes y tres trajes por año, nada más. Viene a cobrar como un buen obrero, es una de las mejores policías del Interior, aunque deja mucho que desear. El servicio es de ocho horas por día, sin descanso dominical. Además tienen el servicio de guardia de la cárcel, 24 horas de servicio, en el que hacen 8 de centinela 3- 24 de descanso; no reciben ración supletoria. Sufren mucho de catarros y reumas, sobre todo en los meses de julio y octubre, per causa de las variaciones bruscas de temperatura, hay además entre ellos alcoholismo y sífilis. Esta repartición requiere mejorar los salarios y la ración supletoria de un kilo de carne a lo menos para los que hacen la guardia de la cárcel.

               Trabajo de la mujer: El trabajo de la mujer no esta tan mal pagado en Mendoza como en otras localidades. Los talleres de planchado pagan de 28 a 20 pesos a las oficialas y la comida, y a las aprendizas de 12 d 18. Las horas de trabajo son de 7 de la mañana 6 de la tarde, una hora para comer; no tienen sino medio descanso dominical y festivo. Cobran planchado de camisas con lustre 30 centavos, cuellos 10, docena de liso 2 pesos. Me llamó mucho la atención la fuerza que ponen para dar el lustre, de 36 a 51 kilográmetros, cuando en general no se ponen más de 30 d 35. A las lavanderas se les paga 1 peso por docena, y de ese monto, tienen que gastar 20 centavos en jabón, 20 en leña  y 5 en azul. El modo de lavar y de vivir es el mismo que en San Luis. La batea bajo una ramada 6 un corredor, el hervido en tarros de petróleo 3′ el tendido donde se puede. Las costureras ganan de 80 centavos a 1 peso. Las sirvientas ganan de 12 a 20 pesos y las cocineras de 20 a 30. Son mejores, aunque están lejos dc ser buenas, que en otras provincias; sobre todo, desde que las señoras han establecido una escuela de sirvientas.

Mujeres tipográficas: La originalidad de Mendoza en esta materia son las mujeres cajistas. Hace más de diez años que la falta de cajistas, hizo que don Emilio Leal, periodista e impresor, buscara unas 20 muchachas y les ensenara la caja. El éxito fue sorprendente. Las muchachas le resultaron mejores cajistas que los hombres. Desde entonces las mujeres trabajan en las imprentas. Actualmente hay en Mendoza unas 50. Quise darme cuenta por mí mismo de como trabajaban, y me fui con el doctor V, Gallegos a recorrer las imprentas.

Imprenta El Debate: En esta imprenta todo el personal es criollo: 13 trabajan en el diario y otros 7 en la sección de obras, 5 varones y 2 mujeres. Se paga a los cajistas del diario por columna, que vienen a sacar 90 pesos en 25 días de trabajo, y a 3 diarios d sueldo; las mujeres trabajan a sueldo y ganan 2 pesos. Los cajistas varones ganan de 3,50 a 3 pesos diarios. En esta imprenta me informan que las mujeres no igualan nunca a los hombres como cantidad de trabajo, y como calidad es tan bueno: pero nunca faltan, son subordinadas y buenas. En los varones, sobre 10 hay 3 borrachos que faltan los Junes; aunque hay descanso dominical como en todas las imprentas del Interior. La jornada varía entre 8 y 10 horas. Los cajistas viven regular. Casi todos tienen casita propia, y los que alquilan pagan 15 pesos de alquiler por un departamento para familia; por pieza sólo 7 pesos, y dos d tres alquilan casa per 30 pesos. No hay tendencias anarquistas ni socialistas; pertenecen a la sociedad de socorros mutuos.

Imprenta Los Andes: Este diario tiene 23 cajistas, de ellos un extranjero y 4 mujeres. Me informan que las mujeres trabajan tan bien como los hombres; son más subordinadas, no faltan al trabajo. Los cajistas ganan de 65 d 70 pesos, 120 los regentes; los que trabajan por tanto sacan de 80 d 90 pesos al mes. Aquí me dicen no ha y viciosos, vive n regularmente y comen bien; n o ha y tendencia s socialistas n i anarquistas; pertenece n a la sociedad de socorros mutuos.

Imprenta de obras de los señores Mas y Cárdenas: Tienen 19 operarios; de ellos 4 extranjeros 3′ 2 mujeres. Las mujeres usan un cangrejo para recoger  la falda del vestido y delantal de trabajo. Su modo de trabajar me ha parecido más lento que el del hombre, pero mucho mejor. En tres  pruebas de primeras de una letra difícil para ellas, que guardo como un recuerdo, hay menos erratas que las que se encuentran en las cajas de Buenos Aires y Rosario  en los varones. Leen bien lo que componen, y corrige en el pastel de la caja. Respecto de su moralidad, tomé informes detallados. Ella es mejor de Io que podría creerse a primera impresión; algunas caen, pero en general son serias y saben hacerse respetar; y la disciplina de los talleres es suficiente para que ese respeto se mantenga. La que es de ojo alegre, como se dice en el país, hace real trabajo, perturba el de las demás y sale; y como salvo las costuras de sastrería, no encuentran trabajo tan bien remunerado, observan, d lo menos durante el trabajo, una conducta circunspecta.

La industria vitivinícola: Llego, Excmo. Señor, d la gran industria para Mendoza, la que constituye per hoy su vida y que ocupa alrededor de 15,000 -hombres todo el año y 22,000 en las cosechas: la vitivinicultura. Me sucede en este punto, que después de haber recogido más de cuarenta cuartillas de apuntes, el señor Subsecretario del Ministerio de Agricultura me hizo el obsequio de un ejemplar de la investigación vinícola practicada en Mendoza por la comisión nacional, compuesta de los señores doctor Pedro N. Arata, Luciano Garola, José Lavenir y Dorainge Simois. Es una obra magistral que debiera estar en las manos de todos los hombres que aman al país, y que debiera leerse como texto en las comarcas vinícolas; no creo que se haya publicado hace muchos años nada más pactico y benéfico en el país. Por otra parte, del punto de vista económico y moral, el doctor Gallegos ha tratado la cuestión en una conferencia, que mereció los plácemes de todos los hombres ilustrados.  ¿Qué podría yo decir de la técnica de esa industria, que no fuera muy mucho inferior a lo que dicen en su informe los maestros señores Lavenir y Simois? Y si algo bueno pudiera decir, parecerla un eco de lo que ellos enseñan. El libro no circula y no hay apropiación popular de sus instrucciones y tesis.

La viña: agua y terreno: Empieza ese informe con un excelente trabajo sobre los riegos de Mendoza, por demás interesante, hecho por e l señor Garola. De dl resulta que Mendoza tiene bajo riego 250,000 hectáreas, que pertenecen a 10,600 propietarios, y de ellas 23,00 0 de viña que pertenecen cerca de 2,000 propietarios; esta última cifra me han dado personas conocedoras. Un dato muy interesante que resulta de ese informe, es que el cuantioso  limo que llevan las aguas, deja en cada hectárea a 9,115 kilogramos de materias fertilizantes. Lo señores Simois y Lavenir hacen después un estudio del cultivo, que voy a extracta r muy sucintamente para les comentarios que m e interesan. Hacen notar estos señores la excelencia a del suelo y del clima 3′ la poca importancia a de los centra – tiempos que sufre la viña relativamente, por accidentes meteorológicos. El terreno suelto no exige labores costosas ni de desfonde; se nivela y se le dan dos y tres rejas para hacer los hoyos.

Las plantaciones: se hacen en general por contrato que dura tres años. El propietario pone las plantas, animales, postes, alambres y útiles de agricultura necesarios, el contratista el trabajo y recibe como remuneración de 8 a 15 centavos por planta y la cosecha del tercer año. Actualmente se ponen las hileras d dos metros de distancia y se hacen en espalderas con dos alambres, aun cuando la fertilidad del suelo exige mayor amplitud y permitirá poner un tercer alambrare. Los almácigos se hacen mal y dan plantas de inferior calidad. Para las espalderas se emplean postes de algarrobo de San Luis a 70 y 80 pesos el ciento y rodrigones que cuestan de 35 a 45 pesos el ciento. Algunos emplean la madera del tamarindo. Recuerdo que hace más de treinta años había en Jocolí unas calles largas de tamarindos; no sé porque  no se cultiva ya en la cantidad necesaria para economizar a la provincia el algarrobo, que tan caro cuesta. Si San Juan, una vez hecho el ferrocarril a Serrezuela, va a poder tener postes y  rodrigones excelentes de los Llanos de la Rioja y de Córdoba, a Mendoza llegaran muy recargados de fletes y debe pensarse en el cultivo de árboles apropiados d tan importante fin. El informe hace notar el error de poner el primer alambre bajo, como se hace en Europa. Dicen después que los trabajos de cultivo hasta la fructificación, sólo consisten en los riegos en la limpieza del terreno, que hay que hacer de brazo por no estar colocada la espaldera el primer año.

Error Fundamental en que se incurre: Y tras el primer error de hacer malos almácigos y plantaciones defectuosas, viene el mal más grave de la poda en los primeros anos, que los contratistas hacen para ignorar la mejor cosecha posible el tercer año y no en el interés del porvenir de la viña. «Al plantar y al año siguiente, dicen, los contratistas no se avienen a rebajar los sarmientos a dos d tres yemas que proporcionen brotes fuertes y vigorosos, que bien dirigidos desde un principio sean el origen de una buena forma». Para ml este es el error más fundamental que han cometido los propietarios de Cuyo; y lo han hecho porque los primeros que emprendieron las grandes plantaciones no entendían una palabra del asunto y se entregaron a los que les ofrecían le que no podían cumplir. En primer lugar, los contratistas, improvisados viticultores en las bodegas de los buques que los traían como inmigrantes, d mientras trabajaban en las líneas del ferrocarril, viendo come hacían otros en trabajos vecinos. Los mejores son les que fueren en su país peones de viñas. Siendo los contratos d pagar tantos centavos por planta en producción y la cosecha del tercer año, el interés del contratista es que esta cosecha sea grande, lo que no puede conseguirse sino d costa de la robustez y productividad subsiguiente; niño mal criado es hombre que no se agiganta.

 

Errores crasos del señor E Lorini en su obra sobre la Republica: El señor E. Lorini, en su obra sobre los problemas económicos y de finanzas de la República, incurre en errores crasos, clarísimos, respecto de este asunto, que no pueden dejarse pasar en silencio. El señor Lorini, como muchos otros, ha pasado por el país con tal rapidez que apenas ha tenido tiempo de percibir lo grueso de lo superficial y atenerse a los datos que le han dado sus connacionales, datos que en realidad no son sino los que corresponden al éxito o fracaso que ellos han sufrido a sus modos de ver en los asuntos. Afirma que los obreros que se emplean son indígenas, que son resistentes, respetuosos, pero poca inteligentes, sin conocimientos y sin cuidado para el trabajo, y viciosos; y agrega: «que la mujer de ese obrero solo sirve para la propagación de la especie, que se provee por sí misma, pues no recibe dinero del marido; pero que el operario extranjero se emplea menos en los trabajos agrícolas, pues es más exigente; se usa más para plantar viñas. Ciertamente sucede esto último; los contratistas son extranjeros en su mayor parte, casi todos; pero lo que no sabe el señor Lorini es que ellos son los ignorantes en la materia, y que cuentan para sus explotaciones con aprovechar la inteligencia del criollo y hasta el fomento de sus vicios, que desgraciadamente tiene.

  1. E. verá lo que sucede en Caucete, en el establecimiento del señor Uriburu. Los pocos extranjeros que habían trabajado en viñas en Europa han sido los que han dado mayores fracasos, porque se han empelado en hacer las cosas como allí, sin tener en cuenta las diferencias de suele, de clima y de desarrollo de las plantas, y no han tenido la modestia y buen sentido de dejarse guiar per sus peones prácticos y conocedores de las circunstancias locales. Así lo he sufrido yo en Córdoba, y he pagado bien cara mi confianza, y así lo hacen notar los señores Simois y Lavenir en su informe. Hay’ en Mendoza y en San Juan viñas que pueden servir de modelo entre las mejores de Europa, y seguramente se han cultivado con los mismos obreros, que las viñas mal plantadas, mal cuidadas y peor cosechadas d que se refiere el señor Lorini. EI mal no está en el obrero; esta en el patrón, que muchas veces, llevado por el espíritu de especulación solamente, se mete en lo que no entiende y quiere imponer d impone, porque paga, sus pareceres y hasta sus extravagancias.

Por Io que respecta d la mujer, el señor Lorini no ha visto cosechar a lo han engañado. Cierto es que aquí, felizmente, no se explota todavía a la mujer del modo brutal, semibarbaro, que se hace en otros países de Europa; pero debió apercibirse del contrasentido que decía. Si la mujer no recibe dinero del marido, claro es que tiene que proporcionársele para su sostén y el de la familia; y será el caso de que todas lo recibieran todo de otros hombres que los suyos, d tuvieran que trabajar d vivir en perpetúe robo. La atada de los sarmientos, la sacada de ellos de la viña y la vendimia, son del trabajo de la mujer tanto como del hombre, amén de otras muchas ocupaciones. Puede ser que alguna vez se olviden racimos en las plantas y plantas en las hileras, pero eso indica un descuido de vigilancia, por lo menos tan grave como la falta del obrero, que ocurre en Europa como aquí. Tampoco es cierto que la vendimia se haga a 70 ii 80 centavos y la comida, con 7 u 8 horas de trabajo. Nadie trabaja por menos de 1.50 d 1.80, según los datos que vera V. E. me han dado los bodegueros y me han confirmado sus patrones.

Condición de los trabajadores en las labores ordinarias: Las labores de las viñas son: arar, aporcar, carpir, hacer surcos li hoyos, regar; todas labores ordinarias de agricultura, que se hacen como Ios demás trabajos, por peones conchavados por mes d día; y- su salario, en las épocas ordinarias, puede estimarse en 40 pesos al mes. El trabajo es de sol d sol, con media hora para el mate y una hora para la comida en invierno y dos en el verano. Ha3′ peones de datos que llevan largos años en las fincas, tienen su rancho y un pedacito de terreno para su cultivo particular; otros son ambulantes, buscan el mejor jornal posible, y n e pueden basarse cálculos sobre su estadidad, porque hay quien se ve por el solo deseo de cambiar. Estos son generalmente forasteros. Muchos cuidan su s pequeñas viñas ayudados de la mujer y de los hijos a los que desgraciadamente hacen trabajar desde muy temprano  As í hacen muchas familias italianas y españolas. En las cercanías de la ciudad, estas gentes cultivan verduras, que llevan a los mercados. No faltan criollos que han emprendido este camino. En los meses de julio y agosto se hace la poda; los obreros podadores gana n d e 1.5 0 a 2 pesos al día,  la atadura se hace con totora, y trabajan en ella, así como en sacar los sarmientos, hombres, mujeres y muchachos, las mujeres ganan de 80 centavos a 1 peso y 1.20, y los muchachos 20, 30, 40 y hasta 8 0 centavos por día, según su edad y s u trabajo.

 La Poda: Los señores Simois y Lavenir hacen notar los vicios que se cometen en esta operaciones fundamentales de la vitivinicultura. La poda se realiza mediante una rutina que no permite el discernimiento de las clases de terrenos, plantas y todos los procesos de la flora local. Ante este esquema, el éxito depende si el contratista sabe algo del tema y es bien incentivado por el patrón. Por otro lado, es fundamental traer cultivos de Europa, sobre todo el moscatel, industria del cual se espera un gran porvenir, siempre y cuando se mejoren las técnicas de poda y ataduras. Para este fin, sería importante aumentar los jornales de los obreros de la viña para que dediquen con mayor entusiasmo al arte de la poda.

Fotografías: mendozaantigua.blogspot

 

Referencias bibliográficas:

Massé Bialet, 1904, INFORME SOBRE EL ESTADO DE LAS CLASES OBRERAS EN EL INTERIOR DE LA REPIJBLICA, Departamento Nacional de Trabajo, Ministerio del Interior, tomo tercero.

 

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