CRONICAS DEL SUBSUELO: PRIMAVERA SALVAJE

Por Marcelo Padilla 

 

El viernes por la tarde el cielo se cubrió de espanto, principiada la primavera la nube ensamblada con otros tramos de cielo gris, parca tarde, agua. Tímida lluvia en la ciudad que sin embargo le vino bien a las alergias. El viernes a la noche llovió y limpió el polvo del que estamos hechos. O del que venimos sin saber a este mundo. Eso en el cielo, donde imaginamos las conversaciones ficcionales que pudieran tener dioses y demonios en esa batalla por el sentido del cielo y del infierno. La discusión sobre el cielo y el infierno continúa a pesar de los santos evangelios. Dogmas instalados por religiones que han resuelto en sus cosmovisiones que en el cielo y en el infierno pasan cosas distintas. Mientras, esa discusión con un místico Emanuel Swedenborg hablando con los ángeles a través de un oral de Borges en la Universidad de Belgrano. Ficciones sobre el cielo y los ángeles. Literatura. Abstracciones emocionales para cubrir el hondo vacío de intelectuales y voyeurs del más allá.

Más acá, abajo, entre el cielo y el infierno, la tierra, el piso y el suelo que pisamos cotidianamente. Una salvaje e increíble represión se produce en la ciudad desierta. Un grupo de jóvenes que practican el deporte del skater se juntan para protestar y reclamar espacios de práctica, bajan con sus patinetas y bicis desde el parque y en el O’Higgins los esperan. No con un ágape para entablar una charla o un dialogo, los esperan preventores que, como su nombre indica, se dedican (supuestamente) a prevenir. De ahí su función que reza su vestimenta. El preventor previene pero en este caso desplaza su función y pega con una patineta que le ha sacado a uno de lxs pibes de la protesta y se la estampa contra la cabeza, a las chicas las reducen (en la jerga, “reducir” es achicar, y también “someter”) y las arrastran de los pelos, a mansalva la prevención se mimetiza con la fuerza represiva del estado (la policía) y llegan los móviles para hacer su tarea. El resultado lo conocen. Una barbarie perpetrada por la supuesta moral civilizatoria que gobierna la aldea. Pero la cosa no queda ahí porque ante tamaño ensañamiento contra esos pibes se viralizan imágenes y videos que revuelven el estómago. La noticia de la brutal represión se hace eco nacional en horas, porque no hizo falta como algunos periodistas empiezan a suponer (operando noticias) que hubo “algo detrás” de la protesta. Detrás de la protesta no hubo nada. Solo nubes tronando para descargar su furia. Tampoco partidos políticos como intentan instalar como duda para que en definitiva el sentido común construido resuelva su contienda en la conciencia interna. Las nubes tronaban, y luego la lluvia que limpia la sangre de esas caras ensangrentadas.

Lxs pibes no pedían nada raro ni del otro mundo, solo un espacio para poder practicar un deporte como lo hacen los que sí pueden jugar al tenis en los clubes mendocinos que tanto orgullo prodigan a la provincia. El tema es que los que practican el deporte del skater no consumen, a lo sumo se tienen que comprar una patineta y nada más. Una tabla para deslizarse por una ciudad amurrallada como la Atenas de Pericles en plena peste tifoidea, donde los soldados mueren y la ciudad termina  cayendo en mano de los espartanos. Pestes de ciudades y conglomerados donde la gente busca su sentido de “ser alguien” en la muchedumbre escondida en sus casas y departamentos. A lo sumo anonimato. Una forma de murmullo y combate que adoptan las nuevas formas de protestas de nuevas minorías que deben ser escuchadas, bajo un gobierno que asumió en la provincia con la consigna del dialogo. En fin, la consigna a veces sirve para vestir al rey, pero hoy el rey está desnudo porque su vestimenta de consigna se trasluce y bajo la misma se devela la parodia. El dialogo es en todo caso con quienes  al rey le interesa dialogar. Y la servidumbre hace lo que el rey manda o deja de hacer. No se revela la servidumbre, se mimetiza con el rey como en la película de Tarantino “Django” donde el esclavo no quiere dejar de ser esclavo y en lugar de prevenir, pega, pero pega de verdad trompadas y patadas a chicos y chicas. Como un grupo de choque oficial. Mientras, los partidos políticos y sus dirigentes en sus agendas. Cuando tenés la agenda apretada a veces se te escapa la tortuga en patineta. Eso es lo que ocurrió en otras situaciones. La última e inesperada fue el levantamiento popular de diciembre contra la modificación de la ley 7722. Esa tortuga en su lento andar se transformó en un movimiento basado en el anonimato, reitero, el tema del anonimato como forma de combate y murmullo supera las agendas de los medios y de los partidos políticos, no siempre, pero ya tenemos antecedentes. Reitero el pensamiento que ronda: una democracia elástica que se estira hasta soportar el fascismo, lo ecobrutal. Donde una colilla mal apagada puede despertar un incendio.

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